jueves, 1 de abril de 2010

"Delicioamente vulnerable" cap 13

Loly estuvo caminando por los bosques de Palermo con sus tacos más altos durante media hora. ¡Se había perdido!... Buenos Aires todavía la confundía, y después de su visita a la exclusiva peluquería de Cony, no tenía dinero para un taxi.

Cuando ya estaba a punto de darse por vencida, apareció, como una meca, la esquina redondeada de la confitería.

Loly la observó con cara de decepción. Un lugar algo antiguo para su gusto. Aunque se notaba muy exclusivo. Se escondió tras la saliente de un edificio y trató de recuperar algo de la dignidad perdida. Se acomodó la minifalda, peinó su cabello y comenzó a caminar con aire despreocupado. E Iba haciendo correctamente su papel de mujer de mundo cuando, al entrar al lugar, un maldito escalón la hizo tropezar en forma bastante ostensible. Se quedó paralizada, sin saber qué hacer, insultándose en su interior por ser tan torpe... Y no fue sino hasta sentir la mano del padre de Cony que venía en su auxilio, que recuperó algo de su compostura.

—¿Te lastimaste?

Loly creyó desmayarse en aquel momento. Pero no de nervios, sino de emoción: aquella figura grande y morena parecía cubrirla con su sombra, envolviéndola en un escudo protector. Se sentía contenida. Iluminada por aquellos ojos oscuros.

Él, sin preguntarle quién era, la llevó con total seguridad hacia su mesa. La muchacha se dejó conducir, emocionada.

Sin duda, se había enamorado.


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—No te podés enamorar de un tipo porque lo veas unrato —insistía Mariana, sin lograr convencer a Agustina.

—¿Pero quién te habló de amor?... Yo te digo que al menos podrías saludarlo cuando lo ves en la facultad.

—¿Para qué?

—¡¿Cómo para qué?!... ¡No te entiendo! —le gritó Agustina exaltada.

—Vos lo que no entendés es que con Lanzani vivimos en mundos paralelos. Y los paralelos nunca se juntan... ¡Elemental, mi querida doctora!

—No. Que nunca se juntan, no. Se juntaron la otra noche en el recital del Ópera, y los planetas chocaron.

—¿Qué decís?

—Que vos siempre sos la misma... A ver, ¿qué pasó el día del cumpleaños de Inesita con el Dr. Badaracco?

—¿Qué tiene que ver el Dr. Badaracco en esto?

—Joven, buen mozo, con plata, título universitario, y muerto por vos. ¿Eso te dice algo?... A mí me recuerda a, por lo menos, otros tres: Raúl, el amigo de Ricardo, tu compañero de trabajo que no me acuerdo cómo se llama, y Lanzani.

—Pará, pará... Estás re acelerada. Además mi compañero de trabajo no tiene un mango. Y ninguno de esos que mencionaste “muere” por mí. No soy yo la que los echa.

—Tampoco la que los busca...

—¿Vos me viste a mí levantándome a un tipo, alguna vez?... Sabés que soy incapaz de algo así.

—¡De eso se trata, pendeja!... Vivimos en el siglo veintiuno. Se acabó lo de sentarte a esperar que suene el teléfono. Ahora, por si no te enteraste, las mujeres vamos al frente.

—Pues esta mujer se cree tan valiosa, que le gusta que la busquen. Así hay una selección natural y sólo el mejor la encuentra.

—¡Como antes!

—Como siempre... Lo realmente bueno no se caza ni se conquista. Se encuentra.

—¿Eso te lo enseñaron las monjas, no?

—Puede ser...

—¡No te digo! ¡Por eso son todas solteronas!

Las dos amigas se miraron y se echaron a reír.


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Eleuterio Ríos estaba un poco desilusionado con la mocosa. Por cierto era una morenita bastante atractiva, pero mucho menor que, incluso, su propia hija. ¡Lástima! Al ir a su encuentro había pensado que, ya que la pibita venía tan fácil, quizás... Pero ahora, al verla así de intimidada, más le despertaba la ternura de una hija que la lujuria de una mujer.

—Vos dirás... ¿Qué pasa con Constanza?

¡Constanza! Loly ya casi había olvidado que ese era el motivo de su encuentro con Elu.

—Ah, sí... Es algo muy serio... A mí casi ni quería contármelo, y eso que soy la mejor amiga...

—Bueno, no des más vueltas ¿de qué se trata?

—Yo sé que es algo muy duro para un padre, pero...Constanza va a dejar la facultad —terminó diciendo Loly en un tono solemne.

Eleuterio la contempló sorprendido: ¡esta sí que era una chica inocente! ¡Muy duro para un padre!... Muy duro había sido encontrar a su hija de trece años haciendo el amor con el chofer, o recogerla totalmente inconsciente en medio de los cuerpos vomitados y sudorosos de otros adictos ¡Eso había sido duro!

—Cony siempre deja la facultad. Ya estoy acostumbrado... ¿Hay algo más?

—No —respondió Loly, desconcertada. No imaginaba como Elu podía hacerse tan poco problema por algo tan grave. Si ella le hubiera anunciado algo así a su propio padre, él la hubiera asesinado, luego de representar una pequeña tragedia griega. Que ella obtuviera un título era el sueño de su vida. Le hablaba de eso desde chica... ¿Por qué su padre no se parecía a Eleuterio? ¿Por qué insistía con eso? ¿Que lo único importante era lo que se podía hacer por los demás?... No se necesitaba saber qué había hecho Elu para darse cuenta qué clase de hombre era y cuánto valía:¡bastaba con mirar el Rolex de oro que llevaba en la muñeca!

Loly callaba y Eleuterio la miraba complacido. Podía adivinar la admiración en los ojos de ella. Antes, muchas mujeres solían mirarlo así...., hermosas mujeres. Jóvenes...Ahora sólo se le acercaban las maduras o las caza fortunas.

Por eso, al ver la mirada de aquella pibita inocente, se sintió halagado.

Había pensado irse ni bien supiera qué era lo que había hecho Constanza esta vez, pero, en cambio, decidió quedarse otro rato con aquella chica... ¿Qué pensarían los demás? ¿Qué era su hija? ¿O que todavía Eleuterio Ríos era capaz de conquistar a una mujer tan joven?


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Pedro fue directamente a la oficina de su padre para ver a Otilia. Ella podría decirle por qué todavía no le habían llevado el informe Testi para firmar. No quería pasar el papelón de hacerlo delante de la plana mayor de la empresa, el mismo día de la presentación.

Pero la oficina estaba vacía. No era raro que no estuviera su padre, porque él nunca llegaba antes de las diez, pero no entendía el motivo de la ausencia de sus secretarias.

Se sentó a esperarlas. No pensaba volver a su puesto sin antes firmar aquel informe. Estaba excitado. Sabía que aquel asunto significaba alcanzar una nueva posición en el estudio: pasar de ser “el hijo de” a ser, él también, el“doctor Lanzani”. Se lo había ganado.

—¡Dejá de tocar esas cosas!... Aunque no lo creas, algunos ordenamos nuestro escritorio de trabajo —lo reprendió Amanda al entrar.

Pedro dejó el lápiz que había estado usando como palillo de batería. Se sintió un poco avergonzado al notar que le había roto la punta. Sabía que su padre era realmente obsesivo respecto a eso, y que había tenido varios encontronazos con el personal por un lápiz mal afilado....Buscó el sacapuntas e intentó rectificar su error, pero Amanda le sacó todo de las manos. ¡Como odiaba a ese muchacho! Era igual a su padre. La misma basura, pero más joven.

—¿Qué viniste a hacer acá? El doctor Lanzani no vuelve por hoy.

—¿Cómo que no vuelve? ¿Qué estuvo haciendo tan temprano, si apenas son las diez?

Amanda lo observó, sin ocultar su sorpresa. ¡No sabía nada! ¡El viejo no le había dicho nada!

Sintió que en su cara se formaba una involuntaria sonrisa.

—¿Cómo? ¿No sabías que hoy fue la reunión con la gente de Testi? —le dijo, saboreando cada palabra.

Pedro empalideció. —¿Cómo la reunión?... ¡No puede ser!!... ¡No me dijeron nada!... Ni siquiera firmé....

—¡Qué vas a firmar vos!

—¡Pero yo hice el trabajo! —gritó Pedro, con furia.

—¿Y desde cuándo le importó eso a tu padre? —Y, consorna, Amanda agregó—: Ah... Creíste que porque eras el hijo... ¡Qué equivocado! Ustedes, los Lanzani, son todos iguales... Tu abuelo se lo hizo a tu padre, y tu padre a vos... Se llama chuparle la sangre a la gente...Aprovecharse de todos... ¡Se llama ser un cabrón!.... Y no creas que es por lo del título, no. ¿O acaso nunca te preguntaste por qué este es el único estudio del planeta que no tiene asociados? ¡No!... Y si no andá a hablar con el Dr. Franchinotti... ¡Veinte años hace que está acá, y todavía no firma nada!... ¡Firmar!... ¡Que ocurrencia!..

Pedro rehuyó su mirada, humillado, y por primera vez Amanda sintió algo de lástima por él.

—No le des tanta importancia. Es algo que ustedes llevan en la sangre.... Y además, ¿para qué querés firmar? Si igual algún día todo esto va a ser tuyo... Es cuestión de sentarte y esperar... Como hizo tu padre.


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Llovía como si nunca fuera a parar. Ella se lo había dicho a su madre, pero doña Estela “que no, que igual la vereda hay que lavarla..., que si fuera por ti, que eres una vaga, ya no se podría caminar por los “regalitos” que dejan los perros”. Y ahí iba ella, la tonta de Normita, a lavar la vereda a las siete de la mañana, para que a las cuatro de la tarde lloviera como la peste, y mañana otra vez tuviera que levantarse a las siete de la mañana para levantar las hojas que dejó la tormenta, maldito barrio de Belgrano, lleno de árboles que lo único que hacen es escupir hojas en la maldita vereda.

Normita iba por la calle luchando por mantener su paraguas erguido, a pesar del viento.

Su cerebro seguía parloteando, (sólo se callaba cuando podía enterarse algo de la vida de los demás):

—Yo no sé también quién me manda a salir con esta puta lluvia para comprar un chocolate, cuando expresamente le dije a doña Estela que me comprara uno en el súper, pero “para qué hija, que estás ya muy rellenita”, y yo que “para qué, si ya estoy muy rellenita, me voy a privar”. Como si algún tipo me fuera a seguir por la calle por comer un chocolate más o menos... Y con los nervios que tengo yo... ¿Cómo descargo la ansiedad, si no? Y, al final, ¿qué diferencia hace un puto chocolate?

Normita llegó a la pensión y abrió la puerta. Intentó cerrar el paraguas, mientras luchaba con la bolsa de golosinas que llevaba en las manos, y el viento. Estaba tan distraída, que sólo al sentir el frío del metal en su espalda se dio cuenta de que estaba siendo asaltada.

Moría del susto e, irrazonablemente, intentó conformar al ladrón con su posesión más preciada en aquel momento: la bolsa con golosinas; pero el hombre le señaló el interior de la pensión.

Mientras recorrían la casa en busca de dinero, y sentía el frío del arma en las costillas, Normita pensaba que lo realmente irónico de la situación era que, por primera vez, un puto chocolate había hecho la diferencia.


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Mariana trataba de refugiarse bajo el exiguo techo de la parada de colectivos. Ella, y otros cien estudiantes de la facultad, que aguardaban con impaciencia la llegada del transporte que los llevaría a su casa, antes que la lluvia arruinara también sus libros y carpetas.

¿Qué estaría pasando? ¿Habría alguna marcha en el centro que impedía la llegada del colectivo?... Descartó la idea. Siempre había protestas, pero no a esa hora y con esa lluvia. ¿Se habría inundado alguna calle? ¡Seguramente! Bastaban tres gotas para que la ciudad se convirtiera en un caos. Y aquello ya calificaba como diluvio.

Con algo de extrañeza observó un auto que se detenía en la parada, casi junto a ella. Como todos allí, miró fijamente el vidrio que se abría y, para su sorpresa, vió asomarse a Pedro.

—¡Te llevo! —gritó autoritario.

Mariana observó a su alrededor para cerciorarse que no se dirigía a alguien más, y se acercó al auto.

—Pero voy a mi casa... Te re desviás y...

—¡Subí! —volvió a ordenar, sin mirarla.

Varios autos comenzaron a tocar bocina, impacientes, pero Pedro parecía decidido a no moverse hasta que ella lo obedeciera. Así que, sin mucho convencimiento, por fin lo hizo.

7 comentarios:

Ainhoa dijo...

Me gusta la nove y mas este final de capitulo que deja mucho para imaginar jeje, en algun momento Pedro tendrá que dejar de beneficiarse del apellido Lanzani y darse cuenta de que para encontrar algo que le satisfaga realmente lo tiene que hacer por si mismo. A veces las historias paralelas me aburren un poco pero con la principal me doy por satisfecha :)
besos

Camila dijo...

Ese dr lanzani -_-'
los momentos laliter <3
besos

Mikita dijo...

si puede ser q las demas hitoria aburren un poquito pero si no las pongo no tendria sentido esta historia

gracias chicas por comentar!!

Marian Tosh!~ dijo...

aa mii no me aburre laa historia, estoy muy intrigadaa, xq me pasoo preguntandoo q sentidoo tendra todo....

el final!

esperooo o mejor dicho desesperooo por momentoss laliter! :)

besosss MIkitaa! :)

Mikita dijo...

jaja bueno cada cual tiene sus gustos algunos les gusta la historia completa y a otros no!!

de a poquito se van acercando momento laliter pro no kieran todo de una!!!! porq no va a ser asi!!! por el contrario... se van a hacer desear y sufrir como nunca jaja

besos

Ainhoa dijo...

jaja ya supongo que pasara tiempo hasta que ocurra algo digamos "importante" entre ellos dos. Y lo de que alguna partecita es mas aburrida lo decia por ejemplo cuando habla Esteban queee...Cony no me caia bien pero de ahi a lo que hizo él...menudo hijo d...

Mikita dijo...

jajaja esta bien...

y bueh va a haber q esperar!!!