jueves, 29 de abril de 2010

"Deliciosamente vulnerable" cap 40

Mariana ya estaba casi relajada. Según le habían dicho, el informe había impresionado bien, aunque la palabra final posiblemente la diera Rodríguez Melgarejo, un tipo importante del estudio, que iba a llegar cerca de la medianoche.

En cuanto a la fiesta, era increíble. Show, magos,bailarinas. No estaba acostumbrada a aquel tipo de eventos, y se extrañaba de ver muchas caras conocidas, (¿modelos?,¿actores?, ¡políticos!)Pero lo que más le llamaba la atención era la persistencia de aquel muchacho Ignacio en acompañarla. Era el tipo más buen mozo que había visto en su vida: tenía una cara masculina y perfecta. Era un abogado recibido de la Universidad Católica, y parecía provenir de una buena familia. Además del placer que significaba mirarlo, estaba un poco confundida por todas sus atenciones: habían bailado, charlado, reído, y él todavía no se alejaba de su lado, en busca de alguna de las bellezas que pululaban por el lugar.

En algún otro ciclo de su vida Mariana se hubiera sentido halagada, e incluso tocada, por alguien así, tan sencillo, inteligente, y algo tímido. Pero ahora era una madre de familia y no había lugar para “histeriqueos”.Quizás cuando su bebé fuera más grande e independiente iba a ponerse a buscar un compañero... Quizás hasta iba a darle una nueva oportunidad a José Luis, que seguía llamándola. Pero, por ahora, le convenía olvidarse del amor.¿Cómo desalentar a aquel galán, sin ofenderlo? Y entonces recordó que tenía un arma infalible para alejar a los hombres. En efecto, bastó que le mencionara a Ignacio que era madre soltera y tenía un bebé de dos meses, para que él huyera, (literalmente), despavorido.


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Era casi la medianoche cuando Pedro entró al salón. Hubo un cierto revuelo a su alrededor ya que en el ambiente empresario era bastante conocido, y en el de las modelos, demasiado recordado.

Pero él recorría el salón sin detenerse, saludando brevemente a los que le salían al paso. Sólo con el viejo Tomassini hizo una excepción, aunque seguía vigilante, mirando la gente que iba y venía, buscando...Buscando.

Y entonces la vio.

Sintió que se le crispaban las entrañas.

Había esperado verla agotada, gorda.... Cambiada de alguna forma que delatara su maternidad... Pero no. No sólo estaba más hermosa: estaba resplandeciente... Y, para colmo, quedaba claro que todos los hombres a su alrededor la deseaban.

Pensar en eso lo enfurecía más que ninguna otra cosa.

El viejo Tomassini notó hacia donde se dirgía la mirada de Pedro, y su distracción. No podía culparlo. Si él hubiera sido más joven... Así que dejó de retenerlo y permitió que siguiera su camino.

Pedro se dirigió con paso firme al salón adonde estaba Mariana. A medida que se iba aproximando iba sintiendo el odio crecer dentro de él, y unas terribles ganas de lastimar a aquella mujer, que no sólo no lo había amado lo suficiente, sino que lo había olvidado por completo.


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Mariana estaba charlando con los de su propio estudio, cuando vio que alguien se aproximaba, abriéndose paso entre la gente. Era Pérez López. Pero no parecía interesado en ellos, sino que miraba un poco más allá.

—¡Dr. Lanzani! —exclamó su jefe al fin.

Y Mariana tuvo miedo de darse vuelta.

Allí estaba él... Pedro.

—¡Sabía que no nos iba a fallar esta noche!... Le presento a la gente de nuestro estudio: al Dr. Rivera y al Dr. Alonso ya los conoce... Y esta es Mariana.

Pedro saludó con una ligera inclinación de cabeza a los demás, y clavó la mirada en aquella mujer a la que había amado tanto. Pérez López lo notó en seguida.

—¿Se conocían? —preguntó.

Mariana iba a contestar, cuando Pedro se le adelantó, para responder:

—No... Nunca te conocí... ¿O me equivoco?

La pobre muchacha estaba demasiado emocionada para hablar. Ese hombre, como ningún otro, la conmovía. Pero Pérez López no estaba dispuesto a ceder protagonismo. Aquella era su noche, y no pensaba despegarse de Lanzani hasta que se pronunciara a favor de la absorción.

Pedro, en cambio, tenía otros planes.

— Dr. Lanzani, ¿qué le parece nuestro aporte a este pequeño negocio?

El gran doctor Lanzani no dejaba de mirar a Mariana, que se sentía desfallecer. Tantos meses... Tanto dolor... Tantas emociones... Y su amor por aquel hombre, intacto. La embriagaba su sola presencia.

—¡¿Doctor Lanzani?! ¡Pedro!

Pedro reaccionó.

—¡Ah! Sí, disculpen... Hablábamos de la absorción... Yo soy el que va a decidir sobre ese asunto y...

—Pero no hay mucho que decidir... El informe lo dice todo... Me esforcé porque fuera muy completo —ladró el idiota de Pérez López.

Mariana lo observó con cara de reproche, y su jefe le hizo una mueca.

—El informe es excelente —contestó Pedro, hablándole a Mariana.

Y Pérez López comenzó a desesperarse:

—Bueno, básicamente lo he elaborado yo, más allá de alguna pequeñísima colaboración de mis subordinados. Nos gusta pensarnos como un gran equipo de trabajo.

Pedro ya se estaba hartando de ese tipo y de mirar a Mariana de lejos. Ya había mirado demasiado, y tocado demasiado poco, y aquella era su oportunidad de emparejarlas cosas.

—Dr. Pérez López —dijo con intensidad—, el trabajo es excelente pero quisiera que me explique el gráfico que figura en el primer anexo sobre....

Como suponía Pedro, el falso doctor entró en pánico. Apenas había echado un vistazo sobre ese trabajo, y le había parecido demasiado técnico.

—Bueno, el anexo precisamente lo hizo...

Pérez López observó la cara de horror de sus subalternos, que no tenían la más remota idea de lo que se hablaba.

Por fin tuvo que rendirse:

—... el anexo lo hizo Marianita, aquí presente.

—Entonces me lo va a explicar Marianita, mientras bailamos... —respondió Pedro, tomando a Mariana entre sus brazos, y llevándola hasta la pista, sin darle tiempo a nadie para reaccionar.

Por un momento bailaron en silencio. Pérez López los vigilaba a la distancia. La música sonaba y Mariana no podía creer lo que le estaba pasando. Y es que le estaba pasando de todo. No podía pensar. Sólo sentir... Sentir el perfume de Pedro, que le era tan propio; hundirse en el brillo de sus ojos; perderse entre la fuerza de sus brazos... Incluso sentir el calor de su virilidad expectante... Sentir...Pero también Pedro estaba extraviado en medio de los recuerdos. De aquella piel suave; de aquellas formas prohibidas; de ese ligero temblor de mujer joven y entregada al sentimiento... Todo lo que él recordaba estaba ahora allí, entre sus brazos... Aquellos breves momentos de calma, de ternura, se revivían ahora, como si no hubiera pasado tanto tiempo y tanto dolor.

¿Qué extraño poder tenía esta mujer falsa y engañadora sobre él? Esa mujer.... La mujer de otro.

—No engordaste —dijo, aparentando indiferencia.

Mariana no entendió su comentario, hasta que formuló la siguiente pregunta.

—¿Fue nena o varón?

—Varón —informó ella, mientras con desesperación trataba de poner a su inteligencia a cargo otra vez, y destronar por un rato a sus sentimientos.

—¿Cómo se llama?

—Fernando Pe... —se paró en seco—. Fernando.

—Como el padre... —afirmó Pedro con amargura.

—Como mi padre

—¿Y fue muy doloroso el....?

Mariana lo interrumpió. Eso era demasiado para ella.

—Por favor, Pedro... —suplicó, mientras intentaba alejarse.

Pero él logró retenerla y volvieron a bailar en silencio, hasta que Pedro comenzó a susurrarle al oído.

—Pensé que me iba a ser más fácil olvidarme de vos...

Incapaz de responderle nada, Mariana se sentía desfallecer entre sus brazos... Ese hombre la podía.

—Pensé que simplemente te iba a odiar, y a otra cosa...Y es que me lastimaste mucho, ¿sabés?... Pero por algún motivo no puedo sacarte de mi cabeza.

Pérez López hizo un gesto a Mariana que ella no supo o no pudo interpretar. Todo le daba vueltas. Amaba tanto a ese hombre... Pero ahora tenía un hijo... Y estaba Pérez López... Y la absorción... Y José Luis... Y Pedro... Y Fernando... Y Pit.... Estaba Fernando.

—Por favor, Pedro, no me hagas esto.... —y en voz baja agregó—. Sabés perfectamente lo que siento por vos... Pero esta noche estamos aquí para hablar de trabajo. De esta absorción dependen muchas cosas muy importantes para mí.

Pedro la observó sin molestarse en ocultar su desprecio. Por supuesto, trabajo. Por supuesto el cálculo, el orden, las prioridades, las fechas. Esa era otra de las caras de esa mujer, que tenía muchas.

—No, si yo también estoy hablando de trabajo... Vos necesitás una resolución favorable en esta absorción. Y yo soy el encargado de darte una respuesta... Y te la voy a dar: mañana por la mañana..., en mi cama. No me gusta quedarme con cosas pendientes, ¿sabés? Y vos sos una cosa pendiente. ¡Si al final parece que el único idiota en este país que no te ha cogido fui yo!

Por un instante pudo ver en la claridad de los ojos de la muchacha, como su corazón se despedazaba. Y luego, Mariana le cruzó la cara de un sonoro sopapo.

Todos, en aquel salón ruidoso, callaron para observarlos. Pedro la percibió así, destrozada. Con una tristeza tal, que a él mismo le llegó al alma. Supo enseguida que había hecho algo muy malo e injusto, y quiso disculparse.... Pero Mariana ya había huido de su lado.

Como siempre.

—Dr. Lanzani.... —exclamó Pérez López, mientras se acercaba, totalmente desencajado— Usted disculpe...¡Yo sabía que esa chica iba a traer problemas!

—No. De ninguna manera. La culpa es mía. He sido yo, que me he portado como una bestia. Ella hizo lo único que correspondía... Además, no se preocupe. Gracias al excelente trabajo de la Dra. Esposito esa absorción es un hecho. Lo único que falta es ponerse de acuerdo con los números... Le reitero: pida disculpas a la Dra. Esposito por mi comportamiento... Y espero que el estudio sepa aprovechar todo su potencial. Es, sin duda, una gran auditora. Hágale llegar también mis felicitaciones... Y, de nuevo, mis disculpas... Dígale que no me va a alcanzar la vida para arrepentirme de lo que he hecho esta noche...¿Sabe lo que pasa?... Creo que la confundí con alguien más.


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Mariana lloraba sin consuelo. ¿Cómo podía hacer para arrancar de su corazón a aquel hombre que la consideraba sólo una “cosa pendiente”, aquel hombre que, como le había advertido su amiga Agustina, aún podía seguir lastimándola? Porque junto a él quedaba indefensa. Vulnerable... ¿Por qué Dios no le permitía enamorarse de José Luis? ¿Por qué se sentía tan ajena en sus brazos, y tan propia en los de Pedro?

Todavía recordaba con dolor aquel día en que le había jurado que iba a tener un hijo.

Se había mantenido viva durante aquellos meses, gracias a la secreta esperanza de que alguna vez se reencontraran. Y que entonces, las diferencias entre los dos ya no fueran tan importantes. Pero ahora se daba cuenta de su error...Amaba a un hombre imaginario. El Pedro de la vida real no era más que uno dispuesto a esperar con paciencia el momento de gozar de su cuerpo, pero que era incapaz de encontrar el camino de su alma.... De esta mala persona se había enamorado.

Y ahora no podía arrancarlo de su corazón.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

noo!! quiero llorar... ambos enamorados y sufriendo por amor.. =(

re triste el reencuentro, pero es un reencuentro al fin, no?
por lo menos el se ha dado cuenta de su error, espero que con esto mejoren las cosas entre ellos...

un besoo mikita y espero el proximo capii!
teff

Marian Tosh!~ dijo...

el se dio cuenta del error! perooo dioss santoo!

ella no fue capas de decir q no hubo ningun parto?

yo yaa estoy impacientee

y deseandoo un recuentro un pocoo mas llevadero, no espero q terminen declarandose amor eterno, pero al menos un pocoo mas de entidimientos de qq ella le diga q adopto!! q el realemtee se de cuenta no solo de este error! sino de todos los q cometioo!

no espero, desesperoo por mas cap!

besitosssssssssssssss

Yo, mi, me, contigo. dijo...

noo!!! =( vaya reencuentro... la verdad que pitt se ha portado fatal, esta claro que mariana nunca haria nada asi! anque ella tambien podia haber intentado aclarar las cosas! por lo menos el se ha dado cuenta de su error, y espero que intente arreglarlo!

Amo la novela! en españa no esta, pero me encanta y me gusta mucho mas con lali y pitt como protagonistas ;) la verdad que genial la idea de adaptarla! =)
La encontre ayer y no he podido para de leer!! espero que puedas subir otro cap pronto! porque necesito ya que se arregle todo!

Un beso!
Cuidate (:

Y gracias por subirla!!

Mikita dijo...

AYYYY estoy muy contenta que alguien de tan lejo lea mi adaptacion!!!! jaja saludos para españa!!!
los caps los subo de a uno por dia besos!!!!