Conocía muy bien ese sonido estridente. Era el teléfono celular de Constanza, sonando sin parar desde hacía diez minutos. Loly estaba angustiada y no sabía qué hacer. No quería perder, por una pavada, el comienzo de amistad que había logrado con Cony. ¿Qué hacía? ¿Atendía? ¿Se ofendería ella? ¿Y si al regresar de bañarse descubría que habían estado llamando? ¿No la culparía por no atender?
Ya casi iba a hacerlo, cuando vio la figura perfecta de Constanza asomar por la puerta. Todavía envuelta en una toalla, comenzó a secarse sin pudor, ignorando el sonido que tanto había preocupado a Loly.
—¿Atiendo? —preguntó ésta por fin, casi en un suspiro.
—Sí, atendé —contestó la otra con displicencia—. Y después anotá el mensaje por ahí.
Era Esteban.
Primero la confundió con Constanza y parecía dulce y seductor, pero al darse cuenta de su error se volvió frío y cortante. Dejó un número que Loly apuntó con esmero.
—De hoy en adelante podés tomar mis mensajes... Es más, te dejo el celular... Así, cuando no estoy muy interesada en que me llamen doy ese número, y para algo urgente o personal doy el del que llevo en mi cartera.¡Un celular! Por fin Loly iba a tener un celular propio.
Claro que no lo iba a poder usar para asuntos personales, pero.... se imaginaba atendiéndolo y llevándolo a todas partes... ¡Era emocionante!
Constanza circulaba desnuda por el cuarto, eligiendo la ropa de aquel día, (ya era prácticamente de noche),mientras observaba a su compañera de reojo.
—Te vendría bien un corte de pelo... Mañana te llevo a mi peluquería...
Loly le devolvió una mirada tan emocionada, como agradecida.
Pero la otra no había acabado:
—Eso sí, vas a tener que llevar al menos cien pesos, porque Leo es un poco caro.
¡¿ Cien pesos?!
Constanza observó la cara de horror de la otra y preguntó con desdén
— ¿Es un problema eso?
—¡No!, ¡claro que no! —mintió Loly.
Ir a la peluquería con Cony era un sueño hecho realidad, aunque gastara toda su mensualidad en eso... ¡total!,siempre estaba a tiempo de comer el mes próximo. Y bajar unos kilos no le iba a venir nada mal. Después de todo: nunca se era lo suficientemente flaca.
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Mariana estuvo pensativa todo aquel día en la facultad. Sabía que unas filas atrás suyo estaba Lanzani con su grupo de amigos. Ella, en cambio, siempre se sentaba sola en la primera fila. Y no es que no fuera sociable, pero invariablemente que conocía a alguien terminaba aventajándolo y perdían contacto. De sus amigos del ingreso el más adelantado recién estaba en tercer año. No era el caso de Lanzani, que además de ser famoso en la facultad por “portación de apellido”, se había tomado tiempo suficiente en hacer la carrera como para conocer a todo el mundo.
Pero no era Lanzani lo que la preocupaba.... De él ya casi no tenía recuerdo, (todo era cuestión de voluntad)Claro que lo había visto al empezar la clase, pero por las dudas no lo había saludado, (si no lo había hecho en cinco años ¿porqué empezar a hacerlo ahora?) Él, por su parte, había dirigido su mirada al rincón que ella solía ocupar, pero al encontrarse con sus ojos, tampoco la había saludado.... ¡Mejor para los dos!
En cambio, lo que a Mariana la torturaba era el asunto de Flavia. Y sobre todo, no poder hacer nada para impedirlo.
Su cabeza giraba sin parar buscando una respuesta, así que cuando el profesor le pidió que resolviera el cálculo dela retención sobre los sueldos, ella tuvo que confesar que había estado distraída y no tenía ni idea de lo que le estaba hablando.
Toda la clase se sorprendió. Todos menos Pedro. Él sabía el efecto que tenía en las mujeres... Las vacilaciones de Mariana lograron conformar a su ego, un poco dañado hasta entonces por la aparente indiferencia de ella.
¡Pobre chica! Después de todo, Pedro sentía un poco de lástima... Alguien debiera haberle advertido antes de salir con él, la triste realidad: “un Lanzani nunca pierde”
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Esteban prefirió no entrar en el aula ¡Estaba furioso!...Ya había llamado dos veces al celular de esa idiota de Cony, y siempre le respondía la otra retardada.
¿Qué le pasaba a esa mina? ¿Acaso pensaba que él era poco para ella?
Se acomodó en una saliente y empezó a montar guardia frente al aula de Cony... Llevaba cuatro días alimentando su odio...
—¿Qué hacés acá?
¡Increíble! ¡Cony ni siquiera había estado en clase durante ese tiempo!... En cambio aparecía sonriente a sus espaldas.
Se incorporó y le echó una mirada congelada..... —¿Y vos qué hacés acá?... Tendrías que estar adentro, estudiando.
—Me quedé en el baño, charlando con las chicas... ¡Ese profesor me da alergia!
—Así no vas a aprender mucho.
—¿Y quién te dijo que quiero aprender algo?... Parecés mi viejo.
Por un momento callaron, incómodos, pero ella rompió de nuevo el hielo:
—¿Trajiste auto?... Tengo ganas de irme y los idiotas del remise no me contestan.
¿Con quién lo confundía? ¿Con un taxista?... Tenía ganas de asesinarla, pero pensó en el viejo Lanzani, y en lo bien que le caería si él traía la cuenta Ríos....
—Siempre tengo el auto listo para vos —respondió con tono seductor.
Y dando vuelta la cara añadió en forma casi inaudible:
—Entre otras cosas...
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Flavia abrió la puerta de la pensión y encendió la luz del recibidor. Allí, sentada en la oscuridad, estaba Mariana.
Por la cara que tenía supo que la había estado esperando.¿Quién se creía que era, esa pendeja?... ¿Qué, le iba a dar lecciones de vida y moral justo ella?... ¡Si hasta virgen debía ser!... ¡Claro! Era fácil juzgar cuando uno vivía como una monja... ¡¿Qué?!.... ¿Le iba a hablar de Dios? ¡¿Dónde había estado Dios cuando lo del “papi”?!Flavia no estaba de humor para idioteces...Se dirigió hacia el patio sin mirarla, pero la voz de ella la hizo parar en seco.
—¿No andabas necesitando plata, vos?
—¿Qué? ¿Me vas a dar? —le contestó con soberbia.
—¿Cuánto querés?
Flavia comenzó a dudar ¿se habría humanizado la pendeja? —Quinientos dólares —dijo al fin.
—¡Te doy mil!
Ya no tenía dudas. Algo se traía entre manos “la novicia voladora”.
—¿Con qué condición?
Mariana la miró a los ojos.
—¡Que lo tengas!
Desde ya aviso, mañana se viene un capitulo muy fuerte. pero, cuando digo fuerte, me refiero a lleno de dolor. besitos
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1 comentario:
opaa!
lee va comprar el bb!?
o.o
no voy a agutar hastaa mñn!!
porfisss algunoss diass pon doss!
besosssssssssssssssssssssssss
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